Violencia psicológica en niños de preescolar por discriminación económica en las escuelas

El desarrollo psicológico, social y académico del niño de preescolar se ve afectado por la violencia psicológica que ejercen las escuelas por la desigualdad económica, ya que suelen presentarse manifestaciones de violencia no verbal hacia niños de escasos recursos por parte de maestros o compañeros a través de actitudes corporales de agresión como miradas de desprecio, muestras de rechazo, indiferencia, silencios y gestos insultantes para descalificar al niño, esto interfiere en su desempeño y en su autoestima que a la larga dificulta la convivencia dentro de la sociedad.

¿Que cuál es el problema? 

Las secuelas derivadas por violencia psicológica en los niños de preescolar debido a la discriminación económica en las escuelas. ¡Punto!.

Muchos de nosotros durante nuestra preparación como docentes hemos observado algún comportamiento discriminatorio hacia un niño y no sólo de los maestros hacia los alumnos, sino también de los mismos compañeros u otros padres de familia. 

Ahora, para resolver esto necesitamos analizar y reflexionar sobre ¿qué actitud debe tener el docente para evitar la violencia psicológica hacia niños de escasos recursos? y ¿cómo evitar la violencia psicológica por discriminación económica en los planteles educativos? No es tan difícil, primero debemos empezar por uno mismo y valorar lo que realmente es importante para lograr tener una sana convivencia con nosotros mismos y los que nos rodean,  tenemos tarea por hacer maestros.

La escuela puede ser también el ámbito propicio para expandir y ejercitar la antidiscriminación. Todos sabemos que formamos parte de una cultura, la escuela no es ajena a esta afirmación puesto que en ella se enseñan las herramientas que le permiten al hombre extender sus conocimientos y alejarse así de la ignorancia, posibilitándole mayores índices de equidad e igualdad social. 

La realización de este proyecto es importante porque, como futuros docentes tenemos la responsabilidad de desarrollar en el niño la confianza en sí mismo y las aptitudes de igualdad y respeto, inculcando valores en ellos y en la comunidad, trabajando a la par con los padres de familia, evitando perjudicar aún más al niño que por su bajo nivel económico, ya presenta en otros ambientes esa violencia, provocando que ni en la escuela encuentre el apoyo que necesita y que tiene derecho de recibir. Las consecuencias más importantes que la violencia psicológica provoca en los niños son una baja autoestima; problemas en la construcción de la identidad; dificultad en el autocontrol y en la capacidad de manejar la agresividad; y la formación de una auto-imagen pobre y negativa

Los docentes carecen de principios éticos para tratar a los padres y alumnos en igualdad de condiciones, provocando que el alumno se sienta excluido dentro del aula y lastima su autoestima creando frustración, así como ocasionando reacciones adversas como forma de defensa, lo que perjudica aún más la relación maestro-alumno. 

Lo que dicen los que saben 

La autoestima, las relaciones con los amigos y la propia imagen de los niños se desvirtúa cuando los profesores castigan psicológicamente a sus hijos. Se ejerce violencia evidente a través de palabras hirientes o descalificaciones abiertas al comportamiento del niño; sin embargo, y de forma más sutil, la ausencia de caricias psicológicas también dejan huella y es una de las formas de maltrato más desapercibidas, según la definición de violencia psicológica de la psicóloga clínica Francisca Urra, debido a lo anterior, se afecta su capacidad para manejar los impulsos agresivos, su proceso de búsqueda de identidad en la adolescencia y su relación con el mundo. Lo de mayor delicadeza, como indica la profesional, “es que muchas veces las personas no reparan en lo grave que es este daño, y no se dan cuenta cuando están violentando a los niños psicológicamente”. Ignorar, desvalorizar y atemorizar a través de actitudes o palabras a los niños, disminuyen su autoestima y afectan su desarrollo emocional, y constituye un maltrato psicológico activo.  Sin embargo, la violencia psicológica también puede ser pasiva, y se da cuando los niños no reciben el amor, la estimulación y la protección necesaria de sus padres o de las personas que están a su cuidado.

 

Las conductas como la adicción a las drogas y al alcohol, y hasta la delincuencia, pueden tener directa relación con episodios de violencia psicológica en la infancia.  “Hay niños que aguantan más y que a pesar de haber sufrido maltrato psicológico pueden salir adelante y logran desarrollarse plena y normalmente en la preadolescencia y adolescencia. Sin embargo, hay otros a los que definitivamente les afecta más la opinión que los demás tengan de ellos, y no logran superar nunca el daño provocado por los insultos o por sentirse ignorados por sus padres en la infancia”, indica la psicóloga. Las consecuencias más importantes que la violencia psicológica provoca en los niños son una baja autoestima -que impacta casi siempre en forma negativa el rendimiento escolar- problemas en la construcción de la identidad, dificultad en el autocontrol y en la capacidad de manejar la agresividad, y la formación de una auto-imagen pobre y negativa. Como señala la psicóloga, “los niños que han sido violentados emocionalmente terminan convenciéndose de todas las cosas que con intención o sin intención le han dicho alguna vez sus padres.